sábado, 19 de abril de 2025

Presentación TÓTUM REVOLÚTUM Poemario de senectud.

                                 


El pasado martes día 15, presentamos en el Club Atalaya–Ateneo de la Villa el poemario que da título a esta entrada, y mis palabras fueron del siguiente tenor:

            Os podréis estar preguntando, y si no os lo preguntáis me lo pregunto yo, ¿qué hace este aquí y ahora dándose ínfulas de poeta a los más de 70 años? No hay respuesta, y sí manifestar que siento algo así como el síndrome del impostor. No es que tenga todos los síntomas, pero seguro que algunos sí. 

            He escrito mucho a lo largo de mi vida: algunos poemas  en la adolescencia, un diario “guadiana” en mi juventud y madurez, cartas al periódico, etc. Todo ello sin publicar, salvo una Carta a mi amigo Manolo en una publicación homenaje colectiva en la Sierpe y el laúd ( desde aquí, un recuerdo emocionado a Manolo Dato)… Se me olvidaba que participé en la revista Veinticinco y pico, redactando alguna cosilla como A modo de Editorial, y algún otro artículo con seudónimo, editada con motivo del vigésimo quinto (y algo más) aniversario del Colegio Público “Pedro Rodríguez". Amén de mucha "literatura gris"; sí, esa del adjunto remito a Vd., o V.I...

            Mantengo un blog, con poca actividad (Elucubraciones, cuentos y cuentas)...

            Y ahora, a la vejez, viruelas.

            El Libro de 59 poemas, de temática variada (revuelta). Aparece, la defensa de la naturaleza, la vida, los cantos al agua, río, pájaros (mirlo), Luna… y de personas, como los niños.

            Recuerdo, y “el recuerdo está a merced de nuestra imaginación”,  que allá por los años 60, hablando de poesía con un compañero de Magisterio, yo defendía que la poesía era más que nada fruto de la inspiración, que llegaba la musa del ramo (Erato, de la lírica y Calíope, de la épica y en general) y te soplaba al oído el tema y ya estaba todo hecho. Él, sin embargo, creo recordar, que defendía que era más bien fruto del trabajo. Ahora, pienso también que el trabajo es fundamental, sin descartar una cierta dosis de inspiración.

            Escribir poesía, para mí, es una gestación y parto laborioso, y no sin un cierto dolor. Espero que este no sea un parto de los montes, fábula de Horacio que trata de cuando se espera algo grande e importante, según las señales o síntomas precedentes y lo que nace es una minucia: un minúsculo ratón. Espero que no esté pasando lo mismo con este libro.

No es un parto de los montes porque los precedentes han sido y son sencillos  y humildes, y  sencillo y humilde, el resultado; en definitiva, un pequeño ratón.

            Espero y deseo que el libro sea leído y de vuestro agrado: gracias por ello; y si no, también.

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