La vanidad, hábilmente alimentada por la aduladora raposa, hizo perder al cuervo su apreciado queso.
Por otra parte, y por la misma causa,Narciso, embelesado, se ahogó en el estanque. |
¡Toma nota...!: "La vanidad puede matar y la adulación puede perjudicar seriamente al adulado narcisista, sobre todo en su amor propio desmesurado y chasqueado.
¡La tomo! Mejor dicho: ¡ya la tomé!
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